Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

sábado, 6 de abril de 2024

La entrega

Bajo a Madrid el viernes para la presentación de un libro de alguien a quien admiro. Aprovecho para comer con dos amigas a las que no veo desde hace tiempo.

Antes, esa hora y media estupenda si no tienes prisa de viaje en tren, todo verde, la jara ya florecida en la parte de Madrid, cuatro semanas solemos llevar de atraso en Ávila. Lleno el vagón, el móvil ha sustituido a mirar al paisaje o mirarnos, una pena. Me viene M. a buscar a la estación, tan delicada siempre.  

Las amigas son para contarse penas que sólo nosotras entendemos. También alegrías. 

Bajo andando luego hasta Gran Vía, estruendo. Hay una señora mayor en mí que no soporta el ruido y el gentío. Es esa señora con la que yo tengo que luchar a menudo para que no se imponga o se salga de madre precisamente. Ver a Dios entre dehesas, camino de Brieva, en el cerezo de nuestro jardín, en D., con su pasito corto y  su caridad alerta y discreta no cuesta. Pero Dios está también en el tráfico y en la muchedumbre, cuidadito con esto. Por eso me alegro de la gran fiesta de hoy de la Resurección en Madrid, porque me lo recuerda. 

Creo que una de las virtudes que más admiro es la valentía. Me puede literalmente. No el arrojo, que no es virtud, la valentía. Esa valentía de ser fiel a algo en lo que se cree y perder algo, para empezar, dinero o aplauso público, estar en el meollito que sea. Y por eso, aunque puedas no estar de acuerdo en h o en b con aquel o con éste, si esa persona es valiente me tiene ganada. 

Otra virtud es la entrega. Nada hace más atractivo a un hombre o a una mujer que la entrega. Con la hermana M. me reía hace unas semanas al escuchar la vida de Ignacio de Loyola. Qué tipo tan... español. Qué pedazo de santo. Y esa espada que te hace preguntar por la propia espada y dónde la has puesto... 

La última vez que me besaron la mano ya ni me acuerdo, pero es un gesto tan bonito, tan agradable para una mujer -al menos para mí-  que no llego a entender por qué lo perdimos. Caballeros, están Vdes. invitados a mi casa siempre. 

"Yo soy muy partidaria del cuerpo glorioso"... me dijo Ch. hace unas semanas. Especialmente por las mañanas cuando te despiertas y te duele todo a veces... 

Estos días de Pascua son emocionantes. Vuelvo a catequesis, quedan escasos dos meses para el gran momento. Les vamos a echar mucho de menos. Que sí, que vendrán otros, pero es que los otros no serán éstos, les querremos, pero serán otros, no son intercambiables, hombre.



domingo, 17 de marzo de 2024

Extraños compañeros hacen las circunstancias: el botillo y "Laurus"


Estuvieron hace unas semanas varios amigos a comer que me surtieron de bon vino, quesos, judías blancas y... tachan, botillo y chorizos leoneses. 

Lo de los quesos me viene genial siempre porque así no hago cena. 

Lo de las judías también porque en esta casa se comen legumbres día sí y día no y, francamente, unas buenas legumbres, como era el caso de estas judías asturianísimas, te solucionan, en distintas preparaciones -innovarse o morir-, varios días (el plato único impera en esta casa). 

Pero el botillo, hermanos, el botillo y los chorizos han objeto de una investigación detallada y previa estos días pasados. 

***

P., leonés y de pueblo, y cura, fue el culpable, el que me trajo dos botillos como de kilo cada uno. Y ocho chorizos adicionales. Nos contó que se ponen con borrajas a menudo. No encontré borrajas frescas, sí en bote, casi cinco euros por 200 gr, las sustituí por berza, que P. también me dijo que también se tomaba.

Metodología de la investigación previa, fundamentalmente cualitativa: entrevistas con personas cualificadas, P. y otros leoneses de mi círculo más cercano + consulta de fuentes secundarias (Directo al Paladar y otras webs de recetas). A mí me parecía que el botillo "pedía" amor y lentitud, o sea, crockpot u olla y al chup-chup. 

Invito a mis hermanos, primero íbamos a ser seis, luego ocho. Saqué el segundo botillo del congelador "por si acaso", primero hecho el jueves, segundo el viernes, todo listo para el sábado.  

CRASO ERROR, lectores que por aquí os dejáis caer. 

Un botillo y 3 chorizos y una berza de kilo y algo con sus correspondientes patatas (mediana por persona) dan para dar de comer a unos 12 con hambre. 

Sobró botillo, congelé casi uno entero ya cocinado y la berza y el resto de chorizos correspondientes, no las patatas que, como todo el mundo sabe, no aguantan congelador ni nevera. 

Se llevaron botillo, patata y berza para comer otros 5. 

***

El botillo acompaña bien la lectura de Laurus, de Eugene Vodolazkin. Es (salvando las distancias) como la novela del ruso, inmensa, desmesurada, para dar de comer a aldeas devastadas por la peste. Es medieval, de Reconquista en el caso de España, de salir a hacer avanzar las líneas cristianas y ponerse luego a arar un campo. 

Siento esta micro reseña tan rara, pero es que pensándolo (y habiendo acabado Laurus esta semana) he caído en la cuenta. 

No puedes tomarte un bao de esos o una chorradita de cocina fusión tras leer Laurus. Laurus pide algo acorde a ese texto que te envuelve, esos locos por Cristo alucinantes, ese amor infinito y ese viaje. 

El botillo y Laurus son dos buenos compañeros, se van, da igual que uno sea leonés y el otro ruso, da igual, se hermanan, están conectados.

***

¿Y si naciéramos ancianos y fuéramos rejuveneciendo a medida que cumplimos años? 

Esta noche de insomnio lo pensaba. 

De pequeños nos irían quitando esas manías con las que nacimos. Esos olvidos y esos dolores irían desapareciendo con los años. A eso de la adolescencia ya empezaríamos a dormir como lirones (en esto habría coincidencia). El cuerpo se haría cada vez más joven y la mente más ágil para acabar nuestra vida en esta tierra como bebés y entregarnos al Padre, libres de arrugas y achaques, con la mente limpia, desprendidos de fuerzas, inermes y con ganas de Vida. 

Quizás es así ya en parte y no lo vemos. 



miércoles, 13 de marzo de 2024

Martirios y cabeza


Exámenes superados, "pantalla" siguiente, que me dice Gonzalo. Pero no, pausa para celebrar, hay que celebrar todo lo que se pueda, pararse a ello. 

***

Comunidad. Nunca sabes dónde la vas a encontrar. Y resulta que hay comunidad no sólo en una universidad, sino también en lugares recónditos, en los márgenes. Sorpresas. 

***

Entrar un 8 de marzo en linkedin es para perder la fe en cualquier posibilidad de recuperación del sentido del trabajo humano y de la realidad. 

El postureo impera. Es insoportable. Es la peor red que existe con diferencia. 

Le escribo a un profesor un email explicando lo que veo y mi resistencia. ¿Es posible que yo sea una Rod Dreher de la vida y quiera refugiarme, no sé, por poner algo, en la Estética o en el autor tal o cual que me apasiona... como reacción? Puede ser. 

No soporto el petardeo, el postureo, hasta el vocabulario me echa para atrás: liderazgo, empoderamiento, empleabilidad, soft skills. Vendéis humo, y cuanto más alto estáis, más lo vendéis. Cara dura que se contagia, cara de hormigón armado. No me vendas "tu libro", petarda, petardo. No me lo vendas porque no te lo voy a comprar. 

***

Así como principio no me creo ningún statement, ninguna declaración, "posicionamiento", propósito,... en fin, quizás es deformación profesional. 

Muy de acuerdo con B. y con lo que dijo en Dalroy. Son testimonios los que necesitamos. De verdad. Gente que dice NO y pierde algo. Personas. Hechos. Hechos ocultos mayormente. 

Escucho el nuevo Dalroy y pienso en el martirio, en los martirios distintos que pueden sufrirse y en los que son mártires hoy en África y aquí, en Occidente. Los hay. 

***

Bueno, luego me quedo pensando, y cabeza también se necesita. Simple y llana cabeza, recuperar esa cabeza en la educación empezando casi desde cero. 

Lo que un tatarabuelo nuestro sin educación, incluso analfabeto, sabía -por el contexto, por gracia de Dios -eso siempre- o por no sé qué- es que un hombre no es una mujer, que un viejo no es un joven, que un perro no es más importante que un hombre... que un animal no es una persona. 

Todo esto, todo, hay que volverlo a explicar de nuevo a todos los niveles. En entornos "cristianos" también. Porque no es que no haya fe, es que no hay la más mínima cabeza. Y el problema es ese: que hay que explicar todo eso. 

¿Estamos en el Antiguo Testamento, en la tribu? No sé dónde estamos, francamente. Si A es A, entonces no es no A. Si todos los hombres tienen alma y Pedro es un hombre, Pedro tiene alma. En fin. 

***

Yo creo que Dios no nos pide la "excelencia" -tal y como se entiende a menudo-, sino la simple supervivencia a veces. No nos pide el puñetero "éxito" que tanto nos permea, estar en la pomadita, ay, qué gustito, la pomadita que sea, espera que yo te doy cremita y ahora me la das tú a mí... Pero qué vergüenza ajena, por Dios, paso mucha vergüenza propia y ajena, propia también,  no estoy "fuera". 

***

Cuando veo a una mujer que aparece como "perfecta" no me la creo. Por eso recelo de tanta parafernalia. Es el poder lo que interesa, va de eso. Va de eso mayormente, ¿no lo veis?

***

En cambio me encanta cuando alguien me dice "no, es que yo no llego" o me dice que "no hay solución" a la conciliación, pongo por caso. Que viven como pueden.

 ¿Puedes tenerlo todo? No. Nunca. Nadie puede tenerlo todo. Nos movemos entre la cara dura de unos (unas) y la más absoluta ingenuidad o inocencia de otros (otras). 

Y también me creo a quien me dice que a veces a algunas cosas no hay respuestas, simple y llanamente.  Un sistema "perfecto" de lo que sea es inhumano, no existe, es mentira. 

***

Los padres de familia hoy que ejercen son los auténticos héroes. Me refiero a ambos, padres y madres.


 



jueves, 8 de febrero de 2024

Calor I)

Pero... "esto"... ¿qué es? 

 Al abrir la casa de Boecillo aquella Semana Santa heladora, como lo son en Castilla a veces, espantados mis hermanos y yo de la temperatura (y la humedad) a la que no estábamos habituados dentro de una vivienda recibimos la respuesta de nuestro padre.

Esto es el frío, hijos, que no conocéis lo que es el frío "de verdad" en una casa...

Uno de mis hermanos me recordaba el otro día que, con todo, nosotros en Madrid, en una casa "buena", nueva, con calefacción central, de pequeños nos metíamos en la cama calentándola con las piernas poco a poco, hasta extender nuestro propio calor en ella. 

Las casas antes, incluso las que no eran de pueblo, estaban más frías. 

***

Al abrir hoy mi despacho donde duerme mi perra noto el calor. Es el cuarto más pequeño de la casa, pero además el calor animal lo caldea. 

Lo primero que notas en los bebés es el calor que desprenden. Y en los ancianos que el cuerpo se les queda frío rápidamente. 

***

Aquella casa de La Rioja que tanto me gustó tenía tres pisos. En la planta baja, a pie de tierra, era donde se guardaban los animales por razones diversas, entre otras para que el calor que los animales desprenden al ascender calentara el primer piso donde vivían las personas.